Ya no hay peces de colores;
sólo seres racionales,
y de los animalitos
sólo nos quedan postales,
dibujados, qué bonito,
en tu imaginación.
Se apagaron los colores;
se encendió la humanidad.
Nos quedaron cuatro listos,
sin paisajes que pintar.
Sólo bosques de cemento,
y montañas de metal.