¿Sabes, acaso, que los sentimientos no mueren con el tiempo ni se desgastan de usarlos?
¿Sabes, acaso, que al morir una persona lo que sentimos por ella se estanca en nuestro corazon para no perder ese cariño?
¿Sabes, acaso, que cuando cerramos los ojos observamos la ultima sonrisa que aparecio en su rostro?
Y ¿sabes, acaso, que los demas morimos temporalmente junto a las personas que queremos?
A
veces el tiempo va pasando lento y monotono, se hace pesado e
insoportable. Pensamos que nunca acabara todo, que no cesara el dolor y
que nunca nada cambiara. Nos desesperamos y frustramos, nos sentimos
impotentes por no poder hacer nada, mientras dia tras dia lo unico que
sabemos hacer es recordar, cerrar los ojos y ver en nuestra mento lo que
tanto deseamos modificar.
Cerramos los puños y golpeamos la
pared, pero las cosas siguen igual, avanzando en su curso habitual y
torturandonos un poquito mas cuanto mas las rememoramos.
No
queremos hablar, no podemos ver a veces a nadie a nuestro alrededor.
Nos encerramos en nosotros mismos y hasta casi nos aislamos de todos y
de todo. No acudimos a ningun tipo de ayuda, creyendonos los unicos que
sufrimos y que seremos unos incomprendidos ante los ojos de los demas.
No nos atrevemos a materializar nuestros miedos porque el hacerlo nos asusta mas incluso.
Nos
vamos consumiendo lenta y perezosamente, sin remedios y sin buscar una
solucion alternativa y mas agradable. ¿Para que? pensamos. No vemos
salida, la oscuridad se ha quedado tan grabada en nuestros parpados que
ya ni sirve abrirlos para que la luz del sol nos ciegue, para que nos
guie con sus pequeños rayitos por los senderos que nosotros solos no
sabemos caminar- y mucho menos somos capaces de dar el primer paso para
echar a anda.
Tropezamos, perdemos el equilibrio, caemos. Nos manchamos de tierra y nos arruñamos la piel con las piedras.
Inhalamos
el polvo y nos ahogamos tosiendo. Y ni tan siquiera somos capaces de
intentar levantarnos porque en realidad es mucho mas comodo permanecer
tumbado, llorando o golpendo el suelo, como si este fuera el culpable de
nuestra caida. Una caida mas profunda y metaforica de la que acabamos
de sufrir.
Mas llega un momento en nuestra vida en que
decidimos dejar de estar tirados sobre la arena. Nos ponemos en pie y
nos damos cuenta que dar un paso hacia adelante no es tan dificil como
creiamos. Podemos andar solos, sin nadie a nuestro lado que nos coja de
la mano para guiarnos. Sabemos llegar hasta el destino tranquilamente y
sin problemas. Porque la vida sigue, porque el dolor si se pasa y porque
aprendemos que somos felices para vivir, no vivimos para ser felices.