El amor es, supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunos casos, salvador del universo y la humanidad. El amor no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad del amor) o al tiempo (eternidad del amor). Con relación al espacio el amor sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.

No hay sol sin luna

¿Sabes, acaso, que los sentimientos no mueren con el tiempo ni se desgastan de usarlos?
¿Sabes, acaso, que al morir una persona lo que sentimos por ella se estanca en nuestro corazon para no perder ese cariño?
¿Sabes, acaso, que cuando cerramos los ojos observamos la ultima sonrisa que aparecio en su rostro?
 Y ¿sabes, acaso, que los demas morimos temporalmente junto a las personas que queremos?

A veces el tiempo va pasando lento y monotono, se hace pesado e insoportable. Pensamos que nunca acabara todo, que no cesara el dolor y que nunca nada cambiara. Nos desesperamos y frustramos, nos sentimos impotentes por no poder hacer nada, mientras dia tras dia lo unico que sabemos hacer es recordar, cerrar los ojos y ver en nuestra mento lo que tanto deseamos modificar.
Cerramos los puños y golpeamos la pared, pero las cosas siguen igual, avanzando en su curso habitual y torturandonos un poquito mas cuanto mas las rememoramos.

No queremos hablar, no podemos ver a veces a nadie a nuestro alrededor. Nos encerramos en nosotros mismos y hasta casi nos aislamos de todos y de todo. No acudimos a ningun tipo de ayuda, creyendonos los unicos que sufrimos y que seremos unos incomprendidos ante los ojos de los demas.
No nos atrevemos a materializar nuestros miedos porque el hacerlo nos asusta mas incluso.

Nos vamos consumiendo lenta y perezosamente, sin remedios y sin buscar una solucion alternativa y mas agradable. ¿Para que? pensamos. No vemos salida, la oscuridad se ha quedado tan grabada en nuestros parpados que ya ni sirve abrirlos para que la luz del sol nos ciegue, para que nos guie con sus pequeños rayitos por los senderos que nosotros solos no sabemos caminar- y mucho menos somos capaces de dar el primer paso para echar a anda.

Tropezamos, perdemos el equilibrio, caemos. Nos manchamos de tierra y nos arruñamos la piel con las piedras.
Inhalamos el polvo y nos ahogamos tosiendo. Y ni tan siquiera somos capaces de intentar levantarnos porque en realidad es mucho mas comodo permanecer tumbado, llorando o golpendo el suelo, como si este fuera el culpable de nuestra caida. Una caida mas profunda y metaforica de la que acabamos de sufrir.

Mas llega un momento en nuestra vida en que decidimos dejar de estar tirados sobre la arena. Nos ponemos en pie y nos damos cuenta que dar un paso hacia adelante no es tan dificil como creiamos. Podemos andar solos, sin nadie a nuestro lado que nos coja de la mano para guiarnos. Sabemos llegar hasta el destino tranquilamente y sin problemas. Porque la vida sigue, porque el dolor si se pasa y porque aprendemos que somos felices para vivir, no vivimos para ser felices.