El amor es, supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunos casos, salvador del universo y la humanidad. El amor no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad del amor) o al tiempo (eternidad del amor). Con relación al espacio el amor sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.


Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal,
 si no somos capaces de aceptar que 
sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno. 
“Cuerpo soy yo y alma” - así habla el niño. 

¿Y por qué no hablar como los niños?