El amor es, supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunos casos, salvador del universo y la humanidad. El amor no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad del amor) o al tiempo (eternidad del amor). Con relación al espacio el amor sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.
Después de su detención, Severino trabaja día y noche y logra editar el número 9 de “Culmine” que llevará el título: “TENGAN CUIDADO LOS VERDUGOS DE SACCO Y VANZETTI”. [...]QUERER debe ser nuestro lema en este momento de dolor. Con este grito iniciamos la más tormentosa de las agitaciones. Todos los medios están puestos en el campo de batalla. Está en juego nuestra dignidad revolucionaria, con el desafío que nos ha lanzado la ley, con sus códigos mentirosos, con sus asalariados prostituidos, con sus mastines —o chacales— lanzados contra nuestras huellas. No demos señales de renunciar que es este momento sería la bellaquería más repugnante. QUERER, QUERER, QUERER a toda costa, con toda la fuerza, hasta el agotamiento. Es necesario que en cada lugar se haga sentir el peso de nuestras manos más allá de nuestro pensamiento. Estamos en días de guerra, guay de nosotros si nos ponemos a descansar, sobre nuestras cabezas se volcaría la más infame de nuestras derrotas, humillándonos! ¡Carguemos nuestras espaldas, peguemos un salto sobrehumano y conseguiremos la más bella de las victorias!