El amor es, supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunos casos, salvador del universo y la humanidad. El amor no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad del amor) o al tiempo (eternidad del amor). Con relación al espacio el amor sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.

Así habló Zaratustra

Sobre quien es servil frente a los dioses y los puntapiés divinos, o frente a los hombres y las estúpidas opiniones humanas: ¡sobre toda esa especie de siervos escupe él, ese bienaventurado egoísmo!