El amor es, supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunos casos, salvador del universo y la humanidad. El amor no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad del amor) o al tiempo (eternidad del amor). Con relación al espacio el amor sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.

Vini, vidi, vici













'' Veni, vidi, vici 
es una locución latina empleada por el general y cónsul romano Julio César en 47 a. C.,
 al dirigirse al Senado romano, 
describiendo su victoria reciente sobre Farnaces II del Ponto en la Batalla de Zela. 
La fórmula, atribuida a Julio César —según Suetonio, la escribió tras la batalla de Zela,
 en la que derrotó al rey del Ponto— y que se traduce por "Vine, vi y vencí".

 Se utiliza habitualmente para significar la rapidez con la que se ha hecho algo con éxito, a la vez proclamaba la totalidad de la victoria de César y sirvió para recordar al Senado su destreza militar. ''